Cuando asistir al colegio se volvió abrumador para una joven estudiante de Worcestershire, un nuevo enfoque le permitió reconectar con su educación, con sus compañeros y con su autoestima.

Hablamos con Mala Jarvis, responsable de necesidades educativas especiales (SENDCo) en St John’s School, en Bromsgrove, para conocer cómo el robot de telepresencia AV1 acompañó a esta alumna en un momento de gran desafío y transformación.

El entorno escolar

“El entorno escolar se había vuelto demasiado abrumador”, explica Mala. “El ruido, los cambios constantes, el tamaño del centro… todo era excesivo. La asistencia empezó a caer y la presión aumentaba para todas las personas implicadas.”

Ante una situación compleja, Mala y su equipo buscaron una solución que redujera el estrés sin desconectar a la estudiante ni de sus aprendizajes ni de sus vínculos sociales. Ahí es donde entró en juego AV1.

Aprender sin presión

“No se trataba solo de seguir el ritmo académico”, aclara Mala. “Se trataba de conexión. De que pudiera seguir sintiéndose parte de la clase aunque no pudiera estar físicamente en el aula.”

Desde el primer momento, AV1 permitió que la estudiante se conectara a las clases de una forma que respetaba sus necesidades, evitando los factores desencadenantes que hacían tan difícil asistir en persona. El equipo docente observó cómo volvía a implicarse en el aprendizaje y, aún más importante, recuperaba su sensación de pertenencia.

Beneficios reales, conexiones humanas

“Vimos claramente un impacto positivo en su bienestar”, recuerda Mala. “Podía escuchar lo que ocurría en clase, reírse con las mismas bromas, sentirse incluida. Ese sentimiento de pertenencia es fundamental, y AV1 se lo devolvió.”

Aunque el uso prolongado de pantallas era un aspecto a tener en cuenta, el equipo adoptó rápidamente un enfoque equilibrado:

“Nos aseguramos de ofrecer también actividades al aire libre y momentos sin pantalla, para que todo fuera más saludable y sostenible.”

Apoyo a toda la familia

El impacto positivo no se limitó solo a la alumna. Sus padres también sintieron un gran alivio. “Les dio un respiro”, cuenta Mala. “Su madre me dijo que por fin pudo hacer algunas tareas del hogar, sabiendo que su hija estaba conectada, aprendiendo y sin angustia.”

Superar las dudas iniciales

Como en muchas escuelas, la introducción de una nueva tecnología generó ciertas dudas al principio, especialmente en torno a la protección del alumnado y a la carga de trabajo. “Pero lo hicimos de forma gradual y con conversaciones sinceras”, señala Mala. “Cuando vieron el impacto real, cambió la perspectiva. Se dieron cuenta de que no era una carga extra, sino una ayuda.”

Una herramienta que recomienda con convicción

Hoy, Mala es una firme defensora del uso de AV1. “Lo recomendaría sin duda a otras escuelas. Se trata de eliminar barreras y ofrecer opciones. Es una herramienta flexible, humana y que acompaña. Le dio a nuestra alumna la oportunidad de reconectar: con el aprendizaje, con sus amistades y consigo misma.”