Antes de la adopción de los robots AV1, las intervenciones tradicionales como la educación en casa o la enseñanza en hospitales eran la norma. Sin embargo, estos métodos presentaban limitaciones para acceder a todo el espectro de una educación de calidad. Con AV1, el alumnado ausente puede aprender con su propio profesorado, lo que garantiza el acceso a una amplia variedad de contenidos independientemente de su presencia física en el aula.
AV1 revoluciona la respuesta a la ausencia escolar prolongada
En el corazón de Gotemburgo, Suecia, ha surgido en los últimos cinco años una solución innovadora para afrontar el reto de la ausencia escolar prolongada y el acceso a la educación. El Ayuntamiento de Gotemburgo utiliza 20 robots AV1 para ayudar a estudiantes que tienen dificultades para asistir a clase debido a enfermedades de larga duración o problemas de salud mental.
Y no están solos: AV1 ya está presente en 17 países y el 50 % de los municipios suecos lo ofrecen en sus centros escolares. Esta tecnología está transformando el panorama educativo y abre paso a una mayor inclusión, al éxito académico y a mejores oportunidades de vida para los estudiantes afectados.
El proyecto en Gotemburgo comenzó con un piloto de una docena de AV1 que obtuvo resultados muy positivos. Desde entonces, la iniciativa ha crecido y actualmente hay 20 robots AV1 en funcionamiento en la región. Los datos hablan por sí solos: desde 2019, esta flota ha ayudado al menos a 150 alumnos. Dominic Summerton, coordinador del proyecto en el municipio comenta:
“La ausencia escolar prolongada tiene una tasa de éxito de alrededor del 60–65 %. En el caso de los niños con enfermedades, la tasa de éxito es de aproximadamente el 90 %. Así que calculamos una tasa de éxito global superior al 70 %.”
Más allá de la asistencia: cómo se mide el éxito
Una pregunta clave es: ¿cómo medimos el éxito? El impacto de AV1 va más allá de la asistencia. También se refleja en la posibilidad de mantener interacciones sociales diarias con el profesorado, compañeros y amigos, algo fundamental para el bienestar emocional del alumnado.
Para Gotemburgo —y otros lugares como Essex— el éxito se mide por el aumento en la participación, el progreso académico y la fortaleza del vínculo social con la comunidad escolar.
Julie Keating, del Condado de Essex (Reino Unido), gestiona los 87 robots AV1 del consejo y comparte esta visión:
“AV1 no tiene que usarse solo con fines educativos, también permite que el niño se sienta parte de la comunidad escolar y no aislado. Puede charlar en los recreos, ¡hasta tuvimos un AV1 que se fue de excursión con el colegio!”
Este sentimiento de pertenencia está facilitando también la reincorporación tras una ausencia:
“Permite al estudiante participar de diferentes maneras según cómo se sienta ese día y seguir lo que ocurre a su alrededor. También crea un camino más sencillo de vuelta al aula.”— Madre de un alumno que usó AV1 por depresión y ansiedad
Responder a una demanda creciente
Pese a los avances, siguen existiendo retos, especialmente en lo relativo a garantizar el acceso equitativo a los robots AV1 en todos los centros escolares. En Suecia, ciertas ambigüedades legales respecto al aprendizaje a distancia subrayan la necesidad de una adaptación normativa para lograr una implementación más amplia y eficaz.
Para municipios con muchos centros, como Gotemburgo (que gestiona 140 escuelas), informar a cada institución sobre este servicio y sus beneficios puede ser un verdadero desafío. La demanda de AV1 supera a la oferta actual, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de más recursos para poder apoyar a todo el alumnado que lo necesita.
Una tecnología con futuro
De cara al futuro, los robots AV1 están posicionados para convertirse en una herramienta clave dentro de la oferta educativa municipal. La mejora continua de la tecnología, junto con los esfuerzos por formar e informar a los centros escolares sobre el uso de AV1, augura un futuro más inclusivo para el alumnado con necesidades educativas especiales o diversas.
En definitiva, AV1 no es solo una solución tecnológica, sino una expresión del compromiso con la inclusión, la equidad y el derecho fundamental a la educación. A medida que municipios como Gotemburgo y Essex continúan liderando esta transformación, la colaboración y el compromiso con estos objetivos comunes serán clave para liberar todo el potencial de AV1 y transformar la vida del alumnado.
Nota: En Suecia, el término “ausencia escolar prolongada” se utiliza para describir los casos en los que los estudiantes dejan de asistir al colegio por diversos motivos, a menudo relacionados con la salud mental. En Reino Unido, este fenómeno se conoce como EBSA o EBSNA (Emotionally Based School Avoidance).